jueves, 7 de junio de 2012

Josefina

Esto es quizás una historia veridica ,los nombres son reales y todo parecido con la realidad ha sucedió en mi imaginación.

Josefina.
La línea del horizonte se desdibuja por la bruma y Josefina se recuesta en la fina arena de la playa, piensa en su monótona vida carente de ilusiones, mientras el sol se desvanece, recoge la toalla y se retira lentamente hacia su casa, hoy no ha venido se dice a si misma girando la cabeza en dirección a la playa, otro día será.
Dos meses hace ya que descubrió su figura paseando por las leves olas de la orilla, dos meses de creciente ilusión por reencontrar la visión que le hizo latir otra vez su aburrido corazón, y día a día retorna al mismo trocito de playa por tentar a su suerte.
La primera impresión le fue ingrata , no creía ella tener aun, la esperanza de sentir ese cosquilleo juvenil , esas palpitaciones locas, esa carne de gallina, y ese sonrojo púber tan incomodo al encontrarse en publico.
Cuando después llega a casa , callada, tranquila, sumisos los nervios ya , se entrega a una larga ducha , primero se enjuaga el pelo y con parsimonia desliza las yemas de sus dedos por su morena melena , sin prisas disfrutando de esa lluvia templada, luego manopla a un lado y gel en otra se embadurna el torso , se frota , se palpa , se roza , se encuentra a si misma y a veces se premia con placer entre las piernas , acabando, lo ultimo sus pies, doloridos por los callos reciben un buen masaje y se acabo lo que se daba, que toca hacer la cena.
Su marido la escudriña intrigado por la reciente sonrisa que ella intenta disimular, pero no dice nada dirige su mirada al televisor y gruñe señalando la botella de vino, los niños recogen a medias la mesa y se acoplan al ordenador y josefina se afana en recoger la cocina para luego relajarse un rato leyendo una novela antes de ir a dormir, así más tarde mientras se limpia los dientes gesticulándose a si misma delante del espejo, se repite, mañana será el día.
Por las tardes cuando el sol amarillea por el lado de poniente vuelve a su trocito de playa, y allí espera, nerviosa, expectante, la aparición de su anhelo, y luego la misma rutina, la cena, recoger, novela, y al catre, lo mismo de todos los días.
Esa tarde todo cambió, mientras escarbaba hoyitos en la arena sentada cara a la orilla, una mano le acarició el pelo por detrás, su espalda se estremeció sus pupilas se dilataron y tras un dulce beso mirándose a los ojos en un tierno abrazo se fundieron.
La playa casi desierta fue testigo de su dicha, caricias, pellizcos y algún promiscuo manoseo con las manos allí donde se junta la espalda y el muslo, mas tarde casi anochecido llego la despedida.....
-¿Será largo el viaje?
- Si, por desgracia
-¿volverás aquí?
-tal vez
Y entre lágrimas y abrazos se acabó la dicha.
El lento tiempo siguió su curso, los años borraron aquel devaneo furtivo, pero lo que la distancia no logro borrar en la mente de Josefina fue el nombre de aquel tierno amor.
“Lola”

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