jueves, 7 de junio de 2012

El puto parkinson

 He recuperado estas lineas que creía perdidas,las dejo de nuevo.



Recostado en un sillón, somnolienta la mente y agarrotado el cuerpo, las piernas y pies hinchados, la mirada algo perdida, mas el tedioso aburrimiento apaciguado a ratos con un documental en la televisión o con la lectura del diario gratuito del día.
         Incontinencia urinaria continua, apetito variable y los típicos problemas añadidos por la edad, todo un grupo poco amistoso de achaques derivados de sus mas de ochenta años y el inhabilitarte Parkinson que en estos últimos años ha minado su cuerpo dejándolo casi hecho un pelele.
       
 Hace ya un año que no puede andar y en estos últimos meses el habla antes fluida ha pasado a ser un puñado de monosílabos y sonidos guturales, pero su cabeza sigue bien amueblada, más lenta sí, pero eso no afecta a su carácter, quizás antes era más risueño, la vida y el trabajo le dotaron de una meticulosa rectitud, pero también tenias sus ratos buenos, reía con todos y en ocasiones nos obsequiaba con un baile ruso aprendido de pequeño,
-En esa época era muy ágil, de aquel cuerpo pequeño y atlético no queda nada.
         
Recuerdo de pequeño que me comentaba con sorna: si me hago mayor y me tienen que enchufar a maquinas, que me den un estacazo y se acabó.

Le tenía miedo a una enfermedad pesada y larga y la rifa de la vida le obsequió con uno de los  premios gordos,<< El puto Parkinson >> como dice él.

Infinidad de pastillas son la guarnición diaria de los platos de alimento, estos, pasados por la batidora, ni muy fino ni muy grueso, pues le cuesta cada vez más tragar la comida, e incluso beber  es un sufrimiento extenuante.

No vale la pena extenderse en lo escatológico, evacuar, miccionar, esputar, cualquiera de las tareas sencillas para cualquier persona son  un arduo trabajo para él, pañales cremas aceites, decenas de elementos necesarios para, simplemente, no padecer, y aun así, llagas eccemas moraduras, también la vergüenza por necesitar a alguien que te asee, te vista, te levante y te acueste.

Pesado es asearle, pesado darle de comer, monótono el día a día viendo su lento progreso hacia ningún sitio, doloroso el sufrimiento de ver que no hay solución, que el viaje que le toca realizar no tiene billete de vuelta ni paradas en estaciones, ni esperanzas de mejora, pero mas difícil debe ser sentirse un barco sin velas perdido y dejado al pairo en las aguas del final de la vida, el cuerpo inerte la mente lucida y el alma esperando.

No me quejo, me queda el recuerdo de los días felices , de las tareas hechas en común, de los consejos y enseñanzas, me siento útil cuidándole, también lloro a escondidas y se que es ley de vida.
   La familia es lo importante, es lo que tenemos mas cerca, si no la cuidamos quien lo hará,
Y aunque solo sea por alguna sonrisa  saliendo de su cara, vale la pena.


A mi Padre.

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