sábado, 27 de agosto de 2011

Un lunes cualquiera.


     Adherido a una pared del zaguán con trocitos de celo, un cartelito escrito en una hoja cuadriculada con exquisita escritura, anunciaba el fallecimiento de un vecino.

Así, de repente, una vida cesaba ........”Me hizo meditar”.

     Pronto como la mayoría de los días, abandono el lecho y circulo atolondrado por el pasillo en dirección al aseo, después del alivio matutino observo en el espejo una figura familiar, me enseña los dientes, me enseña los parpados inferiores estirando la piel con un dedo, y me muestra lo despoblado que tiene ya el cuero cabelludo, me pongo las gafas y me miro detenidamente ahora con más nitidez , si ,el pelo aun esta ahí pero más escaso, las ojeras quizás serán de dormir pocas horas y los dientes gastados no tienen mucho remedio, me enjuago la cara ,paso un cepillo rápido por el pelo y me lavo los dientes aunque no por este orden.

     Un desayuno rápido y escueto, un cigarrito y diez minutillos para acabar de espabilarse; Mientras observo a una vecina recoger la ropa tendida, mi mente divaga, ordena las tareas a realizar en las próximas horas y se despista siguiendo una mosca que pulula por la cocina, pienso en la nota del zaguán, creo que la vida se me está haciendo corta, el vecino no tenia mas de “setentaytantos “, en menos de 30 años yo tendré 80, uffff, me entra acongojo.

     Sueño despierto con las esperanzas que me movían de joven,--buscaré una chica guapa y me casaré, compraré un pisito de segunda y lo arreglare pues soy muy mañoso, tendré hijos, uno o dos, y con el tiempo adquiriré un unifamiliar y un buen coche, también en un futuro tendré nietos y........

     Creo que lo he conseguido todo , tampoco por ese orden, pero no se me ha dado mal....Me estoy poniendo un poco depre ,,,--miro la hora, coñ....... que hago tarde, cojo las gafas las llaves y demás bártulos y acelero el paso para salir a la calle, cierro la puerta y pulso el botón del ascensor,10 segundos mas tarde entro otra vez en casa me dirijo al dormitorio y me pongo los zapatos, mi mujer desde la cama me mira y se ríe el perro me lame los tobillos y le recompenso con una caricia, también le doy dos besos a mi mujer, creo que ahora ya no me falta nada, vuelvo a correr al ascensor.

     Al salir del portal descubro que el día será muy caluroso como los últimos seis o siete, veo la acelerada actividad de la gente, los repartidores ,los autobuses, personas paseando a sus mascotas, sufridos corredores matutinos sudados y vestidos a la ultima moda sport, y algún anciano que vuelve de recoger el pan recién horneado.

     Pienso que hoy será un buen día y cruzo la calle para esperar al autobús, éste llega ya, echo mano a la cartera y no está, me la he dejado en la mesilla, me inclino hacia delante un poco y me miro las piernas, “si que me he puesto los pantalones” sonrío aliviado.

Otra vez corriendo a casa, está visto que hoy llegaré tarde, me encojo de hombros y me repito
¡ que se le va ha hacer !

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