lunes, 4 de julio de 2011

SIEMPRE FIEL


Apoyadas sus patas en el alfeizar de la ventana, la melena rizada al viento y su larga lengua derramada a un lado de la boca, miraba con tensa impaciencia al fondo del callejón.


El día crecía nublado, amenazante de lluvia, aunque allí muy al fondo por el horizonte, diminutos claros luchaban por asomar entre los cúmulos cargados de agua, algunos paraguas iban emergiendo poco a poco unos negros los que más, otros de variados colores y la estrecha acera salpicada de gotitas empezaba a desvanecerse allá junto al puente.


Desde cachorrilla aprendió la rutina de esperar a su dueña siempre a la misma horra sin necesidad de reloj, le sobraba su instinto que como un cronometro le marcaba el compás, tarde debía ser pues el autobús del colegio de enfrente ya hacia un rato que había pasado y los comercios empezaban a abrir uno aquí y otro allá.


Nunca su dueña tardaba tanto denotaban sus bufidos cortos y repetitivos, no se atrevía a ladrar la tenia enseñada bien su ama y como buena perrilla soportaba estoicamente las largas esperas para salir a la calle aunque su vejiga a veces la martirizase, pero ese día sin poder más justo en la puerta de entrada como disculpándose alivió su presión.

El zaguán del edificio estaba mas concurrido que de costumbre, se oían voces cuchicheando expresiones de asombro e incluso algún lloro, algo raro tenia el ambiente se podía cortar el aire de espeso, pero su olfato no detectaba cambio alguno empero ella seguía husmeando por debajo de la puerta .

Unos pasos anunciaron la llegada imprevista de su amo, que tras abrir la puerta se la encontró como siempre sentada ,con su cortado rabito nervioso y agitado, ella le miro la cara y notó que había problemas, tampoco recibió la acostumbrada caricia y asustada corrió tras el blincando entre sus piernas.

Él se sentó en el sofá y ella de un salto como hacia siempre se acomodo encima de sus piernas, cuando el amo se subió su mano a la frente y comenzó a llorar comprendió que algo preocupante pasaba y cariñosamente comenzó a lamer la mano que le acariciaba la cara.

Linda,! Hoy no vendrá tu dueña ¡ tu no me entiendes pero .......ya no va a poder sacarte de paseo como todos los días, ya no está........

Con la mirada extraña, como entendiendo a su amo levanto las orejas y de un salto bajó al suelo y tras das dos o tres vueltas por el salón de un brinco subió a la cama y se tumbo encima del batín de su ama, luego hasta el anochecer gimiendo paso todo el día, no sabia que había sido un accidente, que un conductor con prisas no había frenado a tiempo, que era un mal día, no sabia qué..............pero lo intuía.

Mucho tiempo estuvo triste, aunque si alguien pasaba por la mañana ,temprano y miraba la ventana del primero izquierda allí la veía, con la melena rizada al viento y su larga lengua derramada a un lado de la boca, y esa mirada tensa, impaciente mirando al fondo del callejón.


FIN


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